Itinerario de un pescador apasionado convertido en constructor de cañas.
Por Thierry Cendrier.
Por Thierry Cendrier.
Amante de los equipos y de los bellos aparejos, durante casi una década coleccioné un número muy elevado de cañas. Pudiendo permitírmelo y viendo el objeto como una extensión del placer al que estaba dedicado, acumulé cañas de las mayores marcas del mercado (megabass, deps, evergreen, zenaq, tenryu,etc...).
Sin embargo, siendo secundarias la estética y la reputación (aunque se tengan en cuenta a la hora de finalizar la compra cuando se duda entre varios modelos), es sobre todo la coherencia entre el supuesto uso y las características de la caña lo que condiciona la compra.... Y la reventa y el cambio de equipo!
De hecho, como riguroso con el equipo, soy exigente y, como resultado, a menudo parcialmente insatisfecho con un detalle durante el uso... Una longitud de empuñadura, una gama de potencia, la especificidad o la polivalencia, ... Un montón de pequeños detalles que conducen a la búsqueda de la caña ideal, o incluso perfecta¡
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No estaba perfectamente satisfecho ...
No estaba perfectamente satisfecho y sabía que me faltaba algo. Fue entonces cuando tuve la oportunidad de pescar con cañas caseras de un rodbuilder ...
- "¡Tu caña es realmente de primera! Pero no soy muy fan de la estética y ¡es una pena que el mango sea un poco largo! Es una pena, porque se adapta perfectamente a lo que busco en cuanto a uso!"
- "¡Pues no hay problema! Tú haces el acabado que quieres cuando montas tu caña. Eliges los elementos, la longitud de la culata, la distribución de las anillas, etc..."
- "Sí bueno, ¡no puede ser tan fácil y yo no soy ningún experto en bricolaje!"
- "¡Piensa otra vez! Francamente, es fácil y si quieres te ayudo con la primera. Verás que no es ciencia de cohetes!"
Así fue como me encontré un sábado por la tarde 2 horas en casa de un amigo constructor de cañas para desmitificar la construcción de cañas..... La verdad es que no era tan complicado y puedo confirmar que cualquiera puede montar una caña!
Pero al final, ¿por qué dar el paso?
Simplemente porque veo el rodbuilding como dos filosofías (¡digamos 3!) con las que cada uno de nosotros puede identificarse:
- El pescador-técnico en busca de rendimiento:
Su planteamiento es claro, su caña es una herramienta. Sin florituras pero con prestaciones que responden exactamente a un pliego de condiciones. Necesita una culata corta para pescar con Float tube, una acción específica, un rango de potencia concreto, etc... Sea cual sea el aspecto, la caña es una herramienta que tiene que rendir bien y ser precisa. La elección del blank, la búsqueda de una espina precisa, la medida de la culata, la definición de una distribución óptima de las anillas, etc... son todos parámetros que se estudian para hacer de su caña la herramienta más lograda para el uso para el que la destina.
- El pescador artista en busca del esteticismo:
Para él, la caña es una herramienta que le permite practicar su pasión, pero debe ser una herramienta bella. Un poco esteta, pero no totalmente ignorante, sabe perfectamente que una bonita no le hará pescar mejor. Pero ama su equipo como una obra de arte; encuentra tanto placer en pescar como en maravillarse ante un equipo pulcro y, a ser posible, único... Respetando los principios fundamentales de la fabricación de cañas (lomo, distribución de las anillas, elección del blank, etc.), prestará especial atención a la elección de los materiales, al color de las anillas, al acabado del corcho, empujará el torno para tornear sus mangos, personalizará su portacarretes, hará un wrap, etc... Todo ello con un único objetivo: crear una obra de arte única que se adapte perfectamente a sus gustos.
- En medio de estas dos filosofías se encuentra El constructor de cañas:.
Combina la exigencia de rendimiento y estética. Es capaz de producir un objeto único perfectamente logrado técnicamente. Este constructor de cañas existe en todos nosotros, no requiere habilidades especiales, simplemente tiempo y atención al detalle.
Un año después.
Así que hace un año que me lancé, entrando en el juego he montado una docena de cañas y no lo volveré a hacer.... Hoy tengo un manojo de cañas que se adaptan perfectamente a las diferentes técnicas y situaciones que me he encontrado durante mi pesca y que coinciden con mis gustos estéticos personales.
¡Inversión diréis! Financiera? Menos que un fajo de cañas de marcas de alta gama para un equipo que responda a mis exigencias morfológicas y técnicas. Entre 5 y 10 horas de trabajo por caña.... <¡Un enorme retorno de mi inversión!
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